El Hatha Yoga o yoga físico, se ha convertido en el tipo de yoga más conocido y practicado de Occidente. Existen diferentes acepciones para el término “Hatha”; entre ellas, por un lado, la que hace relación al concepto de “esfuerzo” en sánscrito, y por otro, que quizás sea la más utilizada y divulgada en nuestra cultura, la que hace referencia a las dos sílabas que componen la palabra Hatha: Ha, quiere decir "Luna" y Tha, quiere decir "Sol", por tanto, nos encontraríamos, literalmente, ante la búsqueda de la unión entre el sol y la luna; simbólicamente, al equilibrio entre la parte masculina y la femenina. Si llevamos esta descripción al plano de la vida en sí misma, el sol y la luna representarían simbólicamente esa búsqueda de equilibrio entre la fuerza vital y la fuerza mental, para lograr alcanzar un estado de liberación y calma mental.
En el Hatha Yoga, la disciplina empieza por el cuerpo, lo que resulta mucho más fácil para nosotros los occidentales, que intentar acceder y tratar directamente con una mente sometida de forma constante a cientos de estímulos. Cuando hablamos de la práctica, nos encontramos ante un sistema muy elaborado de técnicas psico-
fisiológicas, encaminadas a conseguir el equilibrio entre la mente y el cuerpo, que gracias a la constancia y la perseverancia, lograrían aportar al practicante, la armonía y el equilibrio necesario para la consecución del estado de Superconsciencia (Samadhi), lo que también podríamos traducir como una forma de ser y estar conscientes en nuestra propia vida.
Asanas (Posturas):
Posturas físicas cuya finalidad es la de fortalecer, flexibilizar y armonizar el cuerpo. Las características que definen las asanas en Hatha Yoga son firmeza, comodidad, inmovilidad, permanencia, relajación, respiración adecuada, concentración interiorizada y atención plena. |
Pranayama (Ejercicios respiratorios):
Entendiendo la respiración como el eslabón que une el cuerpo físico y la mente, la práctica de Pranayama hace referencia a un conjunto de técnicas respiratorias con las que podemos aprender a “controlar y dirigir” nuestra respiración y por tanto nuestro Prana (energía vital) de la forma más conveniente a cada momento. Entre sus muchos beneficios, su práctica nos ayuda a mejorar la captación del oxígeno, la eliminación del dióxido de carbono, a centrar nuestra atención en el momento |
Bandhas (Llaves energéticas): Su traducción aproximada es llave o cierre. Consiste en una contracción muscular sostenida, suave pero intensa, de un área específica del cuerpo, cuya repercusión afecta a nuestra anatomía, los músculos, órganos internos, vasos sanguíneos, nervios, canales psíquicos (nadis) y centros psíquicos (chakras). Ejercen una influencia muy positiva sobre el aparato circulatorio, el sistema nervioso y el cerebro. Existen tres tipos de bhandas: |
Mudras (Gestos Psíquicos):
Se trata de determinados gestos, posturas o actitudes físicas, mentales y psíquicas que canalizan y armonizan las energías internas, facilitando los estados de interiorización, |
Shatkarmas: Ejercicios de purificación interna del cuerpo
Todas las prácticas del Hatha Yoga, además de los innumerables beneficios que aportan a nuestro bienestar físico y emocional, tienen como objetivo primordial la unión y el equilibrio de las fuerzas vital y mental, en una búsqueda de todas las posibilidades existentes para nuestro propio autoconocimiento y crecimiento personal.