BIENESTAR

Decía Carl Jung que nuestra visión se volverá más clara sólo en el momento en que podamos ver dentro del corazón, algo que en la actualidad a veces nos resulta complicado, porque apenas encontramos tiempo para indagar en nuestro interior, para observarnos a nosotr@s mism@s, y posibilitarnos crecer y evolucionar más allá de quienes creemos ser. Vivimos en la sociedad de la prisa, del control, de los estímulos intensos y pasajeros, de la necesidad constante de aprobación, de la competitividad a todos los niveles, y a medida que pasa la vida, todo este estrés nos va dejando sus propias huellas, tanto a nivel físico como emocional; nuestra postura comienza a achacar el peso del día a día; nuestra mente se aturde; nuestro cuerpo empieza a somatizar cada una de las emociones a las que no tenemos tiempo de atender; invertimos todas nuestras fuerzas en la creación de personalidades que esperamos que los demás acepten y elogien para reforzar nuestra autoestima, hasta que pasito a paso, casi sin darnos cuenta, nos vamos olvidando de contemplarnos en profundidad, de aceptarnos, para dejar ir lo que somos y poder convertirnos en lo que deberíamos ser, de entregar el fruto de nuestras acciones a aquello que no podemos controlar, en definitiva, nos vamos olvidando de quienes somos, de querernos, cuidarnos y respetarnos.